Destino

No creo en el destino. O mejor dicho, sí creo pero no considero que las cosas estén predispuestas y que sea inevitable que vayan a suceder.

Creo que el destino es sinónimo de fracaso, de no saber hacer las cosas, o de no querer hacerlas. Mientras más tiempo pasamos como espectadores, más ayudamos a que el destino siga su curso. Quiero decir que si permanecemos sin hacer nada, estamos destinados a fracasar. En cambio, si agarramos la lanza de la vida, tomamos decisiones sabias -o no, pero decisiones en fin- vamos a modificar este destino a nuestro gusto. La vida es como un gran libro de elige tu propia aventura, sólo que no podemos volver atrás a esa página y elegir la otra opción porque la que elegimos nos llevó a un FIN malo.

Toda decisión que tomemos va a afectar el curso de nuestra vida, y una vez tomada esa decisión hay que seguir tomando otras para que las cosas se den como queremos, aunque no salga de ese modo porque en fin, nadie dice que las decisiones siempre van a ser las correctas.

La vida sería mucho más sencilla si todas las decisiones fuesen correctas, pero no lo son.

De todos modos, eso es lo que hace "divertido" al juego de vivir. Además, aprendemos de las decisiones malas y, en teoría, no deberíamos volver a equivocarnos -aunque esto sabemos bien que no es así-.

Si fracasamos en algo a lo que le pusimos empeño y dedicación, no es porque estuvieramos destinados a fracasar desde un principio. Es porque nos equivocamos en algo que nos llevó a que las cosas no salgan como queríamos. Aunque también está, lamentablemente, el factor suerte. Y a la mala suerte no hay con qué darle. Pero ésa es otra historia y poco tiene que ver con el destino.

Sólo estamos destinados a algo si no hacemos nada para evitarlo.

Si no hacemos nada, estamos destinados al fracaso.