15/6/09

Hamingja

En el sendero del lamento eterno,
entierro un pedazo de mi alma viva
para dejar mi vida defectiva
sin esperas en aquel viejo infierno.

Ya que tengo quien me abrace en invierno,
ya que tengo tu voz que me motiva,
y escapo a la basura fugitiva
del aparente recuerdo eviterno.

Vivamos entonces nuestros momentos,
inmersos en un mundo de dulzura
y formemos así nuestros cimientos.

Tu voz me llena de alegría pura,
tu alma se lleva de mí los lamentos
y deja la esperanza que perdura.

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