16/8/10

Aplaudo este diálogo:

J: ¿Y vos por qué te querías matar?
T: ¿Matar? ¿estás loco? vos ves mucha televisión
J: Vos también.
T: ¿Sabés qué? ahora que te miro bien me hacés acordar a alguien. Parecés el muñeco de la nieve.
J: Vos también lo viste.
T: ¿Y vos? ¿por qué te querías matar? Porque vos sí tenés cara de suicida.
J: Bueno, tenés una fijación conmigo que tengo cara de suicida, que me parezco a un muñeco de nieve, que... no te gusto.
T: Ah, qué obvio... ¿qué querés ahora, convertir todo esto en una excusa? ¿Cómo sigue?
J: Nos casamos. Y tenemos dos hijos; si es varón le ponemos Raúl; si es mujer le ponemos Milagros.
T: ¿Por qué no Teresa?
J: Porque Teresa es nombre de vieja
T: Yo me llamo Teresa... ¿tan mal me ves?
J: No eh... ¿y cómo sigue?
T: ¿Y qué?
J: ¿Qué es lo que yo voy a decir que vos ya sabés porque es obvio?
T: Ahora me podrías contar un pasado trágico, para ablandarme.
J: Mmm, una muerte.
T: Estaría bueno. Algo melodramático. Una buena táctica que primero me inspires lástima, luego pena y...
J: Y después amor, ahí amor, sí.
Yo tengo algo que te puede interesar. Algo que está fuera de catálogo. Es así, un médico, joven, que hizo una muy buena carrera dentro de lo suyo, que conoció a una azafata en un viaje de un congreso, muy simpática, muy bonita, muy buena. Con el tiempo la relación crece y... se casan, y... por esas cosas de... de la vida... la chica se muere. Y entonces este tipo que lo tiene todo, que no puede pedirle más a la vida tiene que llevar sus cenizas, los restos en una caja hasta el culo del mundo a tirar sus restos, de la azafata, en el Canal de Beagle que fue donde se conocieron porque se lo prometió... a la chica...
T:¿Cómo sigue?
J: Bueno, ahí es donde él se mata porque no puede soportar más el dolor.
Ésa no la tenías. Eso no lo tenías en ningún catálogo, porque no todos los hombres son tan obvios. El mundo masculino tiene un montón de cosas como el sufrimiento que a veces nos toca...
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J: Yo no puedo entender cómo le dan un avión a semejantes pelotudos para que lo lleven a uno de acá para allá.


15/8/10

Sólo porque sí

¿Qué escribir? ¿Qué escribir? ¿Queda acaso algo por escribir?

Y doy vueltas, vueltas y más vueltas y no se me ocurre nada. Y entonces, ¿para qué estoy acá?

Es que cuando actualizar un blog se transforma en una obligación es porque algo no anda bien.

¿Y obligación por qué? ¿Quién me obliga? NADIE. ¿O yo?

Yo.

Me obligo a actualizar el blog. Mi blog. Mi blog.

¿Para qué? No sé. ¿Para que alguien lo lea? Na, ¿quién lo lee? Mentiría si digo que nadie, pero convengamos que no mucha gente.

En fin.

Cuando algo se vuelve una obligación es porque no está bien. Creo que lo puedo afirmar. Una y otra vez. Y fijate que pasa con todo.

Con todo.

Todo.

Las frases suenan más chocantes cuando se las corta y se repiten sucesivamente las últimas palabras.

Las últimas palabras.

Palabras.

¿Ven?

Lógico.

gico (?)